Nintendo 64, la consola superpotente que se estrelló contra la primera Playstation

Llego tarde a la pelea, y quizá eso fue lo que le costó no ser la reina indiscutible de su generación. Sin embargo, no sería justo catalogar a una consola exclusivamente por sus ventas, especialmente cuando te toca vértelas con la todopoderosa Playstation. Hablar de la Nintendo 64 es hacerlo sobre uno de los sistemas más queridos y recordados por los jugadores de antes. Los que se gastaban el dinero de la merienda en las máquinas arcade para, más tarde, pasar horas pegados a la pantalla del salón de su casa; con el mando bien agarrado y sin parpadear, no vaya a ser que se perdieran algo.

Muchos concuerdan en que la que fue la tercera consola de sobremesa de Nintendo atesoró uno de los catálogos más apabullantes de la historia del entretenimiento tecnológico; y mejoró mucho de lo que se había visto en los sistemas de la competencia hasta ese momento (1996 en Japón y USA y 1997 en Europa). Especialmente en potencia y gráficos 3D.

Visto lo visto, lo tenía todo para ser el relevo perfecto de su hermana mayor: la Súper Nintendo. Sin embargo, algunas malas decisiones empresariales de la compañía del fontanero de la gorra roja provocaron que la consola no contase con las ventas que, de seguro, hubiese podido lograr. Probablemente el primer error fue enemistarse con Sony, compañía junto a la que, en principio, Nintendo pretendía dar un pasito hacia el futuro creando un lector de discos para el «Cerebro de la bestia» (Súper Nintendo).

Imagen de la Nintendo 64
Imagen de la Nintendo 64

El plan no cuajó y del prototipo ideado terminó naciendo la segunda consola de sobremesa más vendida de la historia. Esa que terminó de popularizar los videojuegos a niveles anteriormente insospechados. La Playstation y sus más de 100 millones de unidades vendidas en todo el mundo.

La primera consola de Sony llegó a las tiendas de todo el mundo en 1994. Comenzó entonces una pugna por las ventas contra la anterior rival número uno de Nintendo; Sega y su nueva Sega Saturn. Subidas y bajadas de precios mediante, Playstation se descubrió como una consola no solo mucho más accesible economicamente que su competidora, sino también como la sobremesa de 32 bits con mejor catálogo («Crash Bandicoot», «Metal Gear Solid», «Silent Hill», «Tekken», «Spyro»). Y es que las desarrolladoras externas se las veían y se las deseaban para conseguir que sus juegos fuesen compatibles con la dificilísima arquitectura que Sega le había dado a su Saturn.

Mucho más que Mario

Con este panorama, Nintendo llevó definitivamente su nueva sobremesa a las calles. Llegaba tarde, pero confiaba en que sus exclusivos sumados a sus 64 bits (las consolas de la competencia contaban tan solo con 32 bits) fuesen suficientes para dar guerra. Llegaba acompañada por el excelente «Pilotwings 64» y por uno de los mejores videojuegos de la historia: el recordado «Súper Mario 64» desarrollado por el maestro Shigeru Miyamoto.

Este título de plataformas, protagonizado por el personaje más característico de la compañía de Kioto, supuso toda una revolución gracias a sus gráficos 3D. Tanto que algunos de los que tuvieron la suerte de que cayese en sus manos no tenían del todo claro como controlar al famoso fontanero por los 15 desafiantes niveles que componían el juego.

Más tarde llegaron otros títulos de relumbrón, como el «Goldeneye: 007» (1997) creado de la legendaria desarrolladora Rare. Un «shooter» en primera persona que se convirtió rápidamente en todo un ejemplo a seguir dentro del género; así como en lo que se refiere al modo multijugador, que resultaba, posiblemente, lo más divertido de la obra, incluso por encima de las misiones.

A pesar de que el juego protagonizado por James Bond no contó con secuela por tema de licencias, Rare recuperó la fórmula más adelante dándole una vuelta de tuerca. El resultado fue «Perfect Dark» (2000), un título que requería tanta potencia que para jugarlo era necesario añadirle a la consola un «expansion pack» que hacía que la N64 alcanzase el doble de su RAM original.

«Zelda: Ocarina of Time»
«Zelda: Ocarina of Time»

Sin embargo, ninguno de los títulos que poblaron el catálogo de la N64, solo con permiso del «Súper Mario», alcanzó el nivel del primer Zelda que llegaba a la consola, el «Zelda: Ocarina of Time» (1998). Un juego que volvió a sumergir al usuario en el medieval y fantástico reino de Hyrule; donde el archiconocido protagonista de la saga, Link, tendría que frustrar los planes del malévolo rey Ganondorf antes de que este se hiciese con una reliquia capaz de conceder cualquier deseo.

El problema de los cartuchos

Si echamos un ojo al catálogo que atesoró durante sus más de cinco años de vida Nintendo 64, nos daremos cuenta de que, dejando a un lado las obras de Rare, existe cierta escasez de juegos de desarrolladoras externas. Buena parte de la culpa la tuvo la decisión del, por entonces, CEO de la empresa, el nipón Hiroshi Yamauchi, de que la consola emplease cartuchos para almacenar los juegos en vez de los tan de moda por entonces «compact disc».

Esto provocó que a las desarrolladoras les resultase, en ocasiones, imposible meter sus juegos en un soporte con una capacidad tan limitada. Sin embargo, hubo algunas excepciones a la regla, entre las que destaca « Resident Evil II». El «survival horror» de Capcom, uno de los títulos más aclamados de la generación, consiguió ser compatible con la difícil N64 sin tener que prescindir de ninguno de los niveles que lo convirtieron en leyenda de los videojuegos.

Con todo, la Nintendo 64 logró alcanzar un bastante meritorio segundo puesto dentro de la generación de los 32/64 bits. Con más de 30 millones de consolas vendidas en todo el mundo, consiguió sobrepasar por mucho a la Sega Saturn (menos de 10 millones). Sin embargo, se quedó muy lejos de la Playstation de Sony, que todavía conserva la segunda mejor marca en lo que a ventas se refiere, únicamente superada por su sucesora: la PS2.

Con información de ABC

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