De pelotas de golf a excremento humano: la Luna como basurero terrestre

El sorprendente depósito lunar: de pelotas de golf a excremento humano

La majestuosa Luna, con su diámetro de 3.473 kilómetros, una fracción modesta en comparación con la magnificencia terrenal, se ha convertido en un testigo silente de la imprudencia humana al recibir una variedad desconcertante de desechos provenientes de nuestro planeta. Desde que la audacia de la humanidad conquistó su superficie, se han dejado abandonados en su suelo objetos tan dispares como pelotas de golf y, sorprendentemente, incluso excremento humano.

Queridos lectores, en las vastas extensiones lunares se halla el rastro de nuestra propia fisiología: heces humanas depositadas sin alterar en bolsas resistentes. Estas bolsas, un total estimado de 96, aguardan pacientemente su recolección para futuros análisis que revelarán cómo el clima lunar ha afectado su composición y naturaleza.

Además, entre las singularidades que habitan en su paisaje desolado, encontramos las cenizas del eminente geólogo estadounidense Gene Shoemaker. Acompañadas de una cita poética extraída de la obra trágica de Shakespeare, Romeo y Julieta, estas cenizas fueron trasladadas hasta allí por la sonda espacial Lunar Prospector:

«Y cuando muera, tómalo y recórtalo en pequeñas estrellas. Él hará que el rostro del cielo sea tan hermoso que todo el mundo se enamorará de la noche, y no rendirán culto al sol estridente».

Según los expertos del prestigioso portal Royal Museums Greenwich, Shoemaker es la única persona cuyos restos reposan en la Luna, un testamento eterno de su dedicación y pasión por la exploración espacial.

No podemos olvidar las banderas de Estados Unidos, el único país que ha tenido el privilegio de enviar a sus valientes astronautas a pisar el suelo lunar. Estas insignias patrióticas ondean en la escasa atmósfera del satélite, marcando el territorio humano en ese rincón del cosmos.

Incluso en la vastedad lunar, cobra vida una estatua conmovedora conocida como «Fallen Astronaut» o «Astronauta Caído», erigida en honor a aquellos intrépidos seres humanos que entregaron su vida en la incansable lucha por conquistar el espacio. En un artículo previo publicado en FayerWayer, ya hemos tenido la oportunidad de explorar su significado y conmovedora existencia.

Y, ¿cómo llegaron las pelotas de golf a la Luna? Fue gracias a la destreza y el ingenio del astronauta Alan Shepard que estas pequeñas esferas deportivas, junto con la cabeza de un palo de golf, encontraron su camino hasta la superficie lunar. En medio de la gravedad reducida y la vastedad desolada, Shepard realizó unos cuantos swings, añadiendo un toque de habilidad atlética a ese entorno extraterrestre.

La Luna, nuestro cercano y misterioso vecino espacial, alberga una sorprendente variedad de objetos curiosos. Surge la pregunta: ¿será posible algún día contemplar el regreso de estos tesoros abandonados a nuestra amada Tierra? Solo el inexorable paso del tiempo y el ambicioso Programa Artemis, que ansía llevar nuevamente a seres humanos a la superficie lunar, nos revelarán el destino final de estas reliquias extraterrestres.

Buzz Aldrin saludando a la bandera. Foto tomada por Neil Armstrong NASA

Suscribete
Notificar
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments

TAMBIÉN TE PUEDE GUSTAR