Importancia y utilidad de la sonda perdida: NASA capta el «latido» de la Voyager 2

El significado del «latido» de la Voyager 2: Por qué la sonda perdida es crucial y cómo beneficia a la NASA

La sonda espacial Voyager 2 ha capturado la atención de la NASA una vez más. Un infortunado error humano ocurrido el 21 de julio ha desorientado ligeramente la antena principal de la nave, sumiéndola en un potencial aislamiento comunicativo con la Tierra hasta octubre. A pesar de encontrarse más allá del alcance de las majestuosas antenas de la Red de Espacio Profundo, la Voyager 2 no se ha extraviado en el vasto reino estelar, según confirma la NASA.

El fatídico 21 de julio, una serie de órdenes rutinarias enviadas a la Voyager 2 desencadenaron un desvío involuntario de su antena principal en dos grados. Dada la distancia colosal que separa a la sonda de la Tierra, un simple error puede ser suficiente para interrumpir la comunicación y evitar que la señal alcance nuestro hogar celeste. No obstante, a pesar de este inconveniente cósmico, débiles señales de radio procedentes de la Voyager 2 han sido detectadas, lo cual indica que la desconexión no fue producto de una avería catastrófica.

Aunque estas señales aún carecen de la fuerza necesaria para transmitir información sustancial, la detección de estos destellos celestiales alimenta la esperanza de restablecer el contacto en los próximos días. La antena ubicada en Canberra, Australia, continuará emitiendo órdenes en la dirección general de la Voyager 2, en un audaz intento por devolverla a su orientación original. Sin embargo, debido a la enorme distancia que las separa, cualquier maniobra de emergencia requerirá tiempo para surtir efecto.

La Voyager 2 ha superado con creces las expectativas de su misión original, explorando Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno desde su lanzamiento en 1977. Con el agotamiento de su combustible nuclear, su actividad se verá mermada con el tiempo, pero se espera que continúe transmitiendo información valiosa hasta alrededor de 2030. En ese momento, se convertirá en un testigo silencioso de la exploración espacial humana.

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El propósito fundamental de esta misión fue el estudio pormenorizado de los planetas colosales que componen nuestro sistema estelar, a la par que se recopilaba información sobre sus lunas, anillos y misteriosos campos magnéticos. La Voyager 2 ostenta el título honorífico de ser la única sonda que ha visitado Urano y Neptuno, una hazaña sin igual. Si el contacto no es restablecido en los próximos días, la NASA deberá aguardar hasta el 15 de octubre para realizar una maniobra automática que permita a la sonda recuperar su posición de forma autónoma.

Aunque la situación actual de la Voyager 2 no ha experimentado cambios significativos, la percepción de las débiles señales despierta la esperanza de recuperar el contacto en un futuro cercano. La posibilidad de retomar el diálogo cósmico con nuestra incansable embajadora de la exploración estelar se acaricia una vez más.

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