Manipulación de la música en streaming para posicionar artistas en listas de popularidad

Justin Bieber publicó en sus redes instrucciones para que los streams ayudaran a que su canción «Yummy» llegara al número 1 en las listas musicales, como muestra de cómo algunos artistas manipulan los servicios de música en streaming para posicionarse. Imagen: Referencial

 

 

La música en streaming ha evolucionado, a tal punto que han surgido trucos para que las reproducciones de una canción influyan en las listas musicales.

Ya no solo hay promoción simple de un video, single o álbum musical al momento de su lanzamiento, sino que se desarrolla toda una estrategia para hacer que la canción llegue al número uno de las listas mundiales.

Tal es el caso de Justin Bieber cuando el pasado mes de enero lanzó su canción «Yummy».

El artista publicó instrucciones de cómo jugar con los servicios de contenidos online para aumentar los beneficios desde su Instagram. Y en esas peticiones la ética puede llegar a brillar por su ausencia, porque se pide literalmente a los fans que compren la canción varias veces.

Las instrucciones ya se eliminaron de la cuenta de Instagram de Justin Bieber, pero algunos usuarios de Twitter las publicaron y gracias a ellos podemos repasar qué es lo que el artista (o alguien de su equipo) pedía con el objetivo de llevar ‘Yummy’ al número uno de la lista de más escuchados.

Instrucciones de Justin Bieber para adquirir la canción en iTunes. Imagen: Instagram @justinbieber (la publicación fue borrada posteriormente)

Las instrucciones de iTunes son las más simples: comprar la canción en la iTunes Store y luego comprarla de nuevo varias veces desde la web oficial de Justin Bieber.

Instrucciones de Justin Bieber para reproducir Yummy en YouTube. Imagen: Referencial

En el caso de YouTube, Justin pedía que se escuchase la canción desde su enlace original y no se resubiera el vídeo en canales alternativos para así poder acaparar todas las visitas en el canal oficial. Se pedía que no se saltaran los anuncios y que el vídeo no se silenciara ya que de ser así no contaría como una visualización.

Además, en las instrucciones también se indicaba que los fans no pulsaran el botón de repetir para escuchar la canción de nuevo y que en vez de eso recargaran la página completa (de este modo parecía que se había hecho una visita más). También se pedía que cerraran la sesión de sus cuentas de YouTube para que así pareciera que otra persona había escuchado la canción y no el mismo usuario.

Instrucciones de Justin Bieber para reproducir Yummy en Spotify. Imagen: Referencial

En Spotify las instrucciones también tenían cierta complejidad. Justin pedía a los suscriptores del servicio que crearan una lista de reproducción con sólo la canción ‘Yummy’ en ella, y que la dejaran reproducir varias veces activando la repetición. Como en el caso de YouTube se pedía que no se silenciase, y que se reproduzca a un volumen bajo dejándola en marcha toda la noche.

En ese caso el objetivo era ser el single número uno en las listas estadounidenses, así que se llegaba al punto de pedir a aquellos usuarios de fuera del país que utilizaran Spotify a través de una cuenta estadounidense creada a través de un VPN.

Lo que buscaba Justin era utilizar a sus fans más acérrimos para, en cierto modo, hackear las estadísticas de escucha en las que se basa Spotify para colocar las canciones en las listas de más escuchados. A mayor cantidad de escuchas hechas por mayor cantidad de usuarios, mejores datos de audiencia y más ingresos. Y de la misma forma, hacer algo muy similar en YouTube y resto de plataformas.

La reacción a estas instrucciones no fue muy buena por parte de los usuarios, podemos verlo bien en las respuestas al tuit que sigue mostrando las imágenes del Instagram de Bieber. Es un caso bastante directo de manipulación de estadísticas, aunque no es el primero.

Un Tumblr llamado Harry Styles Promo Team hizo algo muy parecido en 2017, aunque en este caso fue algo que vino directamente de los fans y no del propio artista. Lo reflejaron en The Verge en ese entonces: querían que la mayor cantidad de gente posible se instalara un VPN para así escuchar el último álbum de Harry en Spotify desde direcciones IP de los Estados Unidos. Eso permitió que dicho álbum entrara en la lista de los más escuchados del país fácilmente.

Un año más tarde, fans del grupo surcoreano BTS iniciaron una campaña similar. Varios de ellos se organizaron para crear cuentas estadounidenses de Spotify, cuyas credenciales se iban compartiendo mediante grupos en Slack y otros servicios de mensajería. Y sí, aquí también entraron en juego las VPN para todos aquellos que estaban fuera de los Estados Unidos. Hubo grupos que llegaron a presumir de haber compartido más de 1.000 cuentas.

Antes de la explosión del streaming, la audiencia de un artista sólo podía medirse con las ventas de los discos o digitales que amasaba. Podías escuchar ese disco mil veces en tu casa, pero lo único que contaba era esa compra. Pero ahora que las suscripciones online están a la orden del día, tanto los artistas como los internautas tienen el poder de influir en esas estadísticas para conseguir más ingresos o llegar a las listas TOP más fácilmente.

Otro ejemplo que lo demuestra es que las canciones han ido acortándose a lo largo de los últimos años. Si una canción es más corta pero te gusta mucho, la escucharás más veces. Más escuchas implica más dinero ingresado desde los servicios de streaming. La consecuencia de todo esto: esas listas fácilmente manipuladas pueden dejar de reflejar con fiabilidad la realidad de esas escuchas.

Naturalmente, la industria ya ha reaccionado a este fenómeno. Billboard, responsable de una de las listas de éxitos más seguidas, ha calificado estas manipulaciones de «costosas, inapropiadas y carentes de ética» y se ha unido junto con decenas de compañías para combatir esta práctica. Su intención para el futuro: detectar y aprender a anular el efecto de estas prácticas en las listas de éxitos finales.

¿Cómo? Pasando a detectar esas escuchas repetidas que se hacen de madrugada, o buscando las cuentas falsas creadas por los fans para anularlas o requerir que sean confirmadas por humanos. Países como Corea del Sur incluso ya han legislado al respectodeclarando las manipulaciones ilegales en 2016 y contratando a personas que vigilan constantemente las estadísticas.

 

Con información de Xataka.

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