El sistema comenzará su integración con los servicios de Salud de diferentes países a mediados del próximo mes de mayo, aproximadamente. Más tarde, pasará a ingresarse después en los sistemas operativos iOS y Android.

Con un lanzamiento cada vez más cercano, las tecnológicas explican varios de los puntos clave de su funcionamiento. Por ejemplo, aseguran que no serán ellas las que procesen los datos a través de sus servidores, sino que se encontrarán en los de organizaciones sanitarias repartidas a través del mundo, según recoge TechCrunch. Esto permitirá descentralizar los datos (ya anónimos en su recogida) para evitar cualquier posible seguimiento o uso no estipulado.

Además, se prevendrá la existencia de falsos positivos impidiendo que los propios usuarios puedan confirmar de manera autónoma en el sistema su resultado en el test de coronavirus –lo que desencadenaría una notificación a las personas con las que haya estado en contacto durante los pasados 14 días–. En su lugar, las autoridades sanitarias proporcionarán un número único tras el test que será, mediante su introducción en la plataforma de salud correspondiente, el que avale el caso.

En qué dispositivos estará disponible el seguimiento de la COVID-19

Uno de los aspectos más relevantes de esta idea es el de la distribución a los dispositivos, que delimitará el número de usuarios que pueden acceder a la herramienta. Distribuida a través de la Play Store en el caso de los terminales Android y como una actualización del sistema operativo en iOS, la intención es abarcar el máximo número posible de personas.

De momento, a falta de ver cómo se implementa finalmente esta opción, el sistema se hallará disponible en los dispositivos Android con la versión 6.0 (Marshmallow) o posterior, mientras que en iOS quedaría circundado a aquellos terminales que se encuentren en la última versión disponible (iOS 13). Este último es compatible con los modelos que van desde iPhone 6s en adelante.