Lo que se esconde tras TikTok, la red social china que más crece en el mundo
La app de vídeos musicales se ha convertido en una de las más descargadas en todo el mundo, y ya supera a Twitter en número de usuarios activos. Su éxito en occidente, y especialmente en Estados Unidos, puede convertirla en un importante caballo de Troya dentro del pulso comercial que mantiene el Ejecutivo Trump con China.
Estados Unidos y China llevan unos meses elevando la tensión comercial como hacía tiempo que no se veía. Lo que comenzó incluso antes del veto a Huawei, derivó en un alza de los aranceles: una guerra comercial con un marcado carácter tecnológico de fondo.
En este contexto, una de las aplicaciones más descargadas de los últimos meses está siendo ahora foco de debate entre analistas norteamericanos por su origen chino. Hablamos, como no, de TikTok. Esta nueva red social, basada en pequeños vídeos musicales, se ha convertido en la última tendencia. Recogiendo buena parte del atractivo de Vine, desde octubre del año pasado ha estado varios meses entre las apps más descargadas para Android e iOS, captando sobre todo el interés de los más jóvenes.
Hoy TikTok, según algunos reportes como los de la consultora SensorTower, cuenta con unos 500 millones de usuarios activos al mes. Para hacerse una idea, esto es más que Twitter (que tiene unos 330), que además se concentran en Estados Unidos, América Latina y Europa debido a que la empresa matriz de TikTok distribuye en China su aplicación bajo el nombre de Douyin.
Sin embargo, tras su ascenso y sus vídeos divertidos, muchos ven un pequeño o gran caballo de Troya entrando en Estados Unidos y los países occidentales por parte de China. ByteDance, la empresa detrás de TikTok, ha sido acusada de servir al gobierno comunista en labores de control de sus propios ciudadanos, además de que también se ha criticado su uso de datos. Una visión que choca de lleno con la aparente banalidad de sus vídeos musicales.
TikTok quizá siga siendo un gran desconocido para gran parte del público porque su éxito se ha dado especialmente entre los adolescentes, pero algunos de datos subrayan este contexto. Actualmente cuenta con más de 1.200 millones de descargas en dispositivos móviles, de los que más de 110 se han dado en Estados Unidos, y su usuario promedio pasa 45 minutos en ella, más de lo que lo hacen en Facebook y a la par que Instagram, según un análisis encargado por Wall Street Journal.
¿Pero de dónde sale TikTok? Esta red social hizo su debut en 2017 en Estados Unidos después de que ByteDance, una de las starups chinas más potentes del gigante asiático y cada vez más de todo el globo, comprara Musical.ly. Con una filosofía parecida, Musical.ly había conseguido tener un centenar de usuarios concentrandos sobre todo en la costa californiana. De ahí el interés de la gente de ByteDance por comprarla y por lo tanto tener un pica ya plantada en el país de las barras y estrellas.
TikTok no es por lo tanto mucho más que la suma de Douyin, la plataforma original china, y varias de las herramientas y la base con la que ya contaba Musical.ly en occidente.
El ascenso meteórico de TikTok no ha estado exento de controversia. En febrero de este año, la FTC norteamericana ya le impuso una multa de 5,7 millones de dólares por recopilar información personal de niños menores de 13 años tras la compra de Musical.ly. Después del pago, TikTok añadió algunos criterios mayores de seguridad, pero según algunas opiniones, como proponía por ejemplo el profesor de Yale Nick Frisch en una tribuna hace unas semanas en The New York Times, esta primera violación podría ser solo la punta del iceberg.
Y es que ByteDance, fundada en 2012, es mucho más que TikTok. Su principal activo es una app que solo funciona en China llamada Jinri Toutiao (algo así como «Titulares de hoy»), un servicio de agregación de noticias masivo parecido a Flipboard que utiliza inteligencia artificial para rastrear los hábitos de los lectores y transmitirles historias de diversas fuentes. Desde su lanzamiento en 2012, Toutiao ha acumulado cientos de millones de usuarios activos diarios que están enganchados a su combinación personalizada de artículos.
Este entramado exitoso en China y cada vez más en el exterior ha hecho que ByteDance fuera considerada hace unos meses la startup más valiosa de la actualidad según la firma de análisis CB Insights, superando incluso a Uber, que durante años ha ocupado el primer puesto. En total, le adjudicaban a Bytedance una valoración de 75.000 millones de dólares después de que fondos como la nipona Softbank también hubieran invertido en ella. Más datos sobre su poderío económico: su CEO, Zhang Yiming -un antiguo trabajador de Microsoft y fundador de una importante plataforma de viajes china-, tiene una riqueza personal estimada en 16.000 millones de dólares, la 25ª persona más rica de China según Forbes.
Se calcula que hoy ByteDance cuenta con cerca de 40.000 empleados en China, unas diez veces más que Twitter, e incluso empiezan a surgir rumores que dicen que su próximo paso podría ser comprar la red social del pájaro azul o Snapchat. De completarse -algo complicado debido al actual veto norteamericano hacia China- supondría sin lugar a dudas el mayor desembarco de una tecnológica china en el mercado mundial.
En el auge del TikTok también intervienen dos factores más. El primero, la publicidad. Según WSJ, se cree que ByteDance ha estado invirtiendo hasta 3 millones de dólares al día en publicidad en Facebook, Instagram y Twitter, pagando a celebridades para usarla y captando a través de estas redes clásicas a usuarios dispuestos a probar la suya.
El segundo es el aparente éxito de su IA. Bloomberg la ha llegado a definir como un algoritmo capaz «en un día de llegar a conocerte tan bien que parece que está leyendo tu mente». Volviendo al análisis de Frisch, los motores de recomendación de TikTok son distintos de los algoritmos utilizados por Facebook y las redes tradicionales, las cuales se basan sobre todo en cómo interactúas con tu red de amigos y a quién sigues. Por el contrario, TikTok parece que se basa más en recoger información basada en lo que sus usuarios leen y miran, hasta el tipo de música, rostros y voces que ponen en los vídeos. La diferencia puede parecer sutil pero cambia el foco de la comunidad y cómo actúas a lo que consultas. El vídeo que ves pero que no quieres dar a ‘me gusta’ para que no quede registrado o cómo te mueves aparentemente con solo voluntad de consulta.
En un contexto cada vez más preocupado por la privacidad, el uso que apps como TikTok puedan dar a sus datos se convierten en una muesca más. Y más aún si hacemos caso a las denuncias que aseguran que el gobierno chino ha estado usando su homólogo local para labores de información. Algunas organizaciones han denunciado que con Douyin la inteligencia china ha rastreado por ejemplo canciones uigures, una de las etnias más perseguidas dentro del gigante asiático, y que ha sido víctima de otros avances tecnológicos para mantenerlos a raya y reprimir su acerbo cultural, de forma idéntica a como ha pasado con el reconocimiento facial.
Con información de Hipertextual