El uso estratégico de la Inteligencia Artificial en la guerra total de Israel contra Hamás
En el convulso escenario bélico del Medio Oriente, Israel despliega una ofensiva sin precedentes en su implacable enfrentamiento contra la organización terrorista Hamás como respuesta al atroz ataque perpetrado el pasado 7 de octubre. En este ajedrez estratégico, emerge la Inteligencia Artificial como una pieza clave.
La precisión se erige como el pilar fundamental tanto en las tácticas defensivas como en las acciones ofensivas, y es aquí donde la influencia de la Inteligencia Artificial se hace palpable. Según los relatos de la afamada periodista Marisa Newman, de la prestigiosa publicación Bloomberg, el Sistema de Inteligencia Artificial de Recomendación procesa exhaustivamente los datos para seleccionar los objetivos de los ataques aéreos. En paralelo, la Inteligencia Artificial Fire Factory colabora estrechamente con aviones no tripulados y drones, siempre bajo la atenta supervisión de operadores humanos, para ejecutar ataques selectivos con precisión quirúrgica.
«Lo que antes implicaba horas de meticulosa planificación, ahora se reduce a escasos minutos, con un breve lapso adicional para la revisión humana», declara enigmáticamente un coronel, conocido bajo el alias de Uri, citado por Bloomberg. «Hemos logrado multiplicar nuestras capacidades de manera exponencial, manteniendo el mismo contingente de personal».
Si bien este episodio actual no marca la primera vez que las Fuerzas de Defensa de Israel emplean la Inteligencia Artificial como contramedida contra Hamás, es importante recordar un enfrentamiento ocurrido en 2021. Durante angustiantes 11 días, que dejaron un trágico saldo de 260 vidas en Gaza y 13 en territorio israelí, las FDI desplegaron con maestría la IA para identificar y neutralizar las plataformas de lanzamiento de cohetes utilizadas por Hamás. En este logro, los drones se convirtieron en instrumentos de precisión, sellando así una victoria crucial para las fuerzas israelíes.
Los análisis de Marisa Newman revelan que los sistemas defensivos basados en Inteligencia Artificial conforman una vasta y sofisticada arquitectura digital, cuyo objetivo radica en el minucioso análisis de ingentes cantidades de imágenes captadas por drones y sistemas de videovigilancia, imágenes satelitales, señales electrónicas, comunicaciones en línea y otros datos de vital importancia para el ámbito militar.
El empleo de esta tecnología puntera no está exento de inquietudes y dilemas éticos. Se plantean preocupaciones acerca de la posible ocurrencia de errores de cálculo que podrían tener repercusiones trágicas en la población civil. Además, se debate sobre la creciente tendencia hacia la automatización de decisiones de alto calibre y se destaca el desconocimiento inherente sobre el funcionamiento interno de estos sistemas, debido a la vertiginosa velocidad con la que la tecnología ha sido adoptada en el campo de batalla.
Pese a estas legítimas preocupaciones, Israel no vacila en utilizar la Inteligencia Artificial como el medio idóneo para poner un punto final y definitivo al flagelo del terrorismo islámico encarnado por Hamás en la región.