Los genios del entretenimiento y la tecnología: 5 similitudes entre Walt Disney y Steve Jobs
Hace una década, el reconocido experto en historia de la computación, David Greelish, plasmó su pensamiento en un artículo de opinión para la prestigiosa revista Time, específicamente en su destacada sección Tech Land. En aquel escrito, Greelish se adentró en la apasionante interrogante de si existía algún vínculo entre dos titanes del siglo XX, y una parte del XXI en el caso de Jobs, que habían dejado una huella imborrable tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo: Walt Disney y Steve Jobs. Estos nombres resonaban ampliamente en la conciencia colectiva, ya que cada uno de ellos había dejado una profunda marca en sus respectivas industrias. Disney, el maestro del entretenimiento, especialmente en el campo de la animación, mientras que Jobs se enfocó en la tecnología, considerándola asimismo como una forma de entretenimiento.
Greelish, con su sagacidad y agudeza, encontró múltiples similitudes entre estos dos genios, las cuales vale la pena destacar en esta ocasión.
En conclusión, las similitudes entre Walt Disney y Steve Jobs van más allá de sus respectivas industrias y alcanzan la esencia misma de su espíritu creativo y emprendedor. Ambos fueron impulsores incansables de la excelencia, visionarios que miraban hacia el futuro, líderes carismáticos capaces de inspirar a otros, y valientes pioneros dispuestos a asumir riesgos. Su legado perdura en la admiración y devoción de sus seguidores, y sus contribuciones revolucionarias han dejado una marca imborrable en la historia. Dos gigantes cuyos nombres están grabados en la memoria colectiva, uniendo el mundo del entretenimiento y la tecnología en un abrazo inquebrantable.
La primera similitud que Greelish resaltó con ímpetu fue que tanto Walt Disney como Steve Jobs eran impulsados por su búsqueda constante de la calidad y su incansable deseo de perfección. Ambos compartían el anhelo de crear productos excelentes capaces de brindar una experiencia sobresaliente a sus clientes. Ya fueran los cortometrajes animados de Disney o los documentos desplegados en la pantalla de una computadora diseñada por Jobs, ambos intentaban ofrecer algo extraordinario y fuera de lo común.
Ambos personajes eran visionarios por naturaleza y su mente volaba hacia el futuro, constituyendo esta la segunda similitud que Greelish destacó con maestría. Disney era considerado un eterno optimista, con una fe inquebrantable en la mejora constante de la sociedad. Por su parte, Jobs, famoso por su aversión a mirar hacia atrás y regodearse en productos o errores pasados, se enfocaba incansablemente en lo que vendría a continuación y en cómo mejorar los productos existentes o innovar con nuevos.
La tercera similitud radicaba en la innegable capacidad de liderazgo carismático que poseían ambos personajes, la cual se manifestaba no solo en sus acciones, sino también en las relaciones que entablaron con sus colaboradores. Walt Disney asumía el papel de visionario y rostro público de la compañía, mientras su hermano Roy se encargaba de la dirección comercial y los aspectos financieros. Steve Jobs, por su parte, lideraba el área de marketing y diseño en Apple, mientras que Steve Wozniak fungía como el ingeniero principal.
A pesar de que sus colaboradores eran los auténticos cerebros detrás de las empresas, tanto Walt Disney como Steve Jobs lograron cautivar a una base de fanáticos que se congregaban en torno a sus éxitos y, aún después de sus fallecimientos, su legado perdura en forma de fervientes seguidores.
El cuarto punto en común giraba en torno a su relación con el fracaso y su disposición a correr riesgos. Greelish recordaba que la primera incursión de Disney en el mundo de la animación lo dejó en bancarrota y perdiendo los derechos de su primer personaje animado exitoso. Además, fue objeto de críticas por embarcarse en la producción de Blancanieves, proyecto que muchos consideraban una auténtica locura en aquel entonces.
Steve Jobs también experimentó diversos fracasos en su trayectoria, como el lanzamiento de Apple Lisa, las presiones para renAquí tienes el artículo con el orden de ideas cambiado:
Hace una década, el reconocido experto en historia de la computación, David Greelish, plasmó su pensamiento en un artículo de opinión para la prestigiosa revista Time, específicamente en su destacada sección Tech Land. En aquel escrito, Greelish se adentró en la apasionante interrogante de si existía algún vínculo entre dos titanes del siglo XX, y una parte del XXI en el caso de Jobs, que habían dejado una huella imborrable tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo: Walt Disney y Steve Jobs. Estos nombres resonaban ampliamente en la conciencia colectiva, ya que cada uno de ellos había dejado una profunda marca en sus respectivas industrias. Disney, el maestro del entretenimiento, especialmente en el campo de la animación, mientras que Jobs se enfocó en la tecnología, considerándola asimismo como una forma de entretenimiento.
Greelish, con su sagacidad y agudeza, encontró múltiples similitudes entre estos dos genios, las cuales vale la pena destacar en esta ocasión.
La primera similitud que Greelish resaltó con ímpetu fue que tanto Walt Disney como Steve Jobs eran impulsados por su búsqueda constante de la calidad y su incansable deseo de perfección. Ambos compartían el anhelo de crear productos excelentes capaces de brindar una experiencia sobresaliente a sus clientes. Ya fueran los cortometrajes animados de Disney o los documentos desplegados en la pantalla de una computadora diseñada por Jobs, ambos intentaban ofrecer algo extraordinario y fuera de lo común.
Ambos personajes eran visionarios por naturaleza y su mente volaba hacia el futuro, constituyendo esta la segunda similitud que Greelish destacó con maestría. Disney era considerado un eterno optimista, con una fe inquebrantable en la mejora constante de la sociedad. Por su parte, Jobs, famoso por su aversión a mirar hacia atrás y regodearse en productos o errores pasados, se enfocaba incansablemente en lo que vendría a continuación y en cómo mejorar los productos existentes o innovar con nuevos.
La tercera similitud radicaba en la innegable capacidad de liderazgo carismático que poseían ambos personajes, la cual se manifestaba no solo en sus acciones, sino también en las relaciones que entablaron con sus colaboradores. Walt Disney asumía el papel de visionario y rostro público de la compañía, mientras su hermano Roy se encargaba de la dirección comercial y los aspectos financieros. Steve Jobs, por su parte, lideraba el área de marketing y diseño en Apple, mientras que Steve Wozniak fungía como el ingeniero principal.
El cuarto punto en común giraba en torno a su relación con el fracaso y su disposición a correr riesgos. Greelish recordaba que la primera incursión de Disney en el mundo de la animación lo dejó en bancarrota y perdiendo los derechos de su primer personaje animado exitoso. Además, fue objeto de críticas por embarcarse en la producción de Blancanieves, proyecto que muchos consideraban una auténtica locura en aquel entonces.
Steve Jobs también experimentó diversos fracasos en su trayectoria, como el lanzamiento de Apple Lisa, las presiones para renunciar a la empresa y el fallido proyecto de NeXT Computer. Sin embargo, también se arriesgó en apuestas audaces que resultaron en rotundos éxitos, como la creación de Pixar.
La quinta similitud entre Walt Disney y Steve Jobs radicaba en su capacidad para concebir grandiosas ideas. Ambos fueron artífices de la construcción de industrias enteras, sin conformarse con meras superficialidades. Disney presentó el primer largometraje de animación moderno, revolucionando el cine de la época y dejando una huella indeleble en el futuro. Las apuestas de Steve Jobs no solo transformaron el mundo de la computación y la informática, gracias a Apple e iPad, sino que también impactaron en el ámbito de la música, con el icónico iPod, y en el de los teléfonos inteligentes, gracias al revolucionario iPhone.