Un curso ayuda a los adultos mayores a detectar fake news
Nadie escapa de la trampa de los fake news, desde los más jóvenes hasta los adultos mayores han compartido información en redes que no es verificada.
Es precisamente el público de más edad que se ha vuelto un foco sumamente afectado por las noticias falsas. Aunque es una franja de edad que siempre se ha considerado tecnofóbica, muchos de ellos tienen acceso a internet a través de smartphones y tablets. Y aunque no se manejen con la misma soltura que sus nietos, nada les impide ser internautas y estar familiarizados con WhatsApp, Facebook o YouTube.
En Estados Unidos, por ejemplo, 7 de cada 10 personas de entre 50 y 64 años tienen perfil en Facebook. Y 6 de cada 10 de más de 65 años pasan tiempo en Facebook. Y hablamos de Facebook porque es uno de los pilares de difusión de noticias falsas. Si bien ha incorporado nuevas medidas para combatirlo, hacer frente a las constantes campañas de publicidad encubierta que resulta ser propaganda política no resulta fácil.
Pero ante la desinformación, la mejor herramienta es la educación. Aprender a detectar noticias falsas. En el caso de las personas de más edad, un proyecto interesante es el taller titulado How to Spot Fake News (cómo detectar noticias falsas). Promocionado por Senior Planet, se viene realizando en distintas ciudades estadounidenses y su público objetivo son personas mayores, una porción de la población muy relevante en cualquier proceso electoral.
Fact checking ciudadano
Junto a la expresión fake news, al cabo de un tiempo se popularizó la expresión fact checking, su némesis. La primera corresponde a la expresión noticias falsas, mientras que la segunda se refiere a algo tan natural como comprobar los hechos.
Comprobar los hechos es algo que enseñan en las facultades de periodismo. Pero la celeridad con la que hay que publicar una información o el interés de un medio por publicar cierta noticia hace que esta tarea tan básica no se cumpla.
Por suerte, cualquiera puede comprobar la veracidad de una noticia. Precisamente, internet es una herramienta que facilita esta tarea, ya que nos acerca a las fuentes originales y a los documentos y anuncios oficiales.
En el taller antes mencionado, sus asistentes emplean fuentes de fact checking como Snopes o FactCheck, dos portales de referencia y sin ánimo de lucro que revisan las informaciones más difundidas e indican qué parte es cierta y qué parte es incorrecta. En grupos pequeños, se analizan noticias que se han difundido por internet para averiguar qué parte es correcta y encontrar bulos o incoherencias.
Normalmente, comprobar si una noticia es cierta o falsa no consume más que uno o dos minutos. El problema está en que dedicar esos minutos a todos los titulares que leemos lo consideramos perder el tiempo, pero a cambio dejaremos de difundir informaciones interesadas o directamente incorrectas. Y en ocasiones, el titular es tan jugoso que no consideramos que pueda ser una noticia falsa.
El motivo por el que se diseñó un taller como How to Spot Fake News dirigido a personas de más de 65 años se debe a estudios como los realizados por las universidades de Princeton y Nueva York. Uno de ellos, publicado en junio de 2019, indicaba que los usuarios de Facebook de más de 65 años eran propensos a compartir más noticias falsas que usuarios de menos de 29 años. En concreto, la diferencia era de 7 a 1.
Aunque el estudio no entra en analizar el motivo último de este dato, tal vez porque las personas de más edad están más interesadas en la información política que los más jóvenes o tal vez por las diferencias ideológicas entre unos y otros, ya que la desinformación acostumbra a enfocarse a ciertos prejuicios e ideas preconcebidas. El caso es que las personas de más edad difunden más fake news, simplemente, porque no han sido instruidos en el fact checking.
El medio de información NPR nos da algunas pistas sobre las razones que llevan a los mayores de 65 años a difundir noticias falsas. Según la investigadora Susan Nash de la Universidad de Stanford, uno de los motivos es que a medida que envejecemos, nuestra forma de pensar se asienta cada vez más, de manera que resulta difícil dudar de una información que cuadra con nuestro eje mental. Es decir, es más fácil que dudes de un titular que contradice tus ideas que uno que las confirma.
Otro factor es el aislamiento. Con el paso de los años, las personas tienden a aislarse, de manera involuntaria en muchas ocasiones. Esto dificulta la posibilidad de contrastar informaciones con otras personas e induce a difundir noticias sin haberlas analizado con detenimiento. NPR subraya la importancia de esto con un dato: según el censo de Estados Unidos, más pronto que tarde, el principal grupo de edad de este país será el de mayores de 65 años.
Nos afecta a todos
Rompiendo una lanza a su favor, esto no significa que los mal llamados nativos digitales se libren de las noticias falsas. Es más, hay estudios que tampoco les dejan en buen lugar y que alertan de que los menores no saben diferenciar una noticia de una opinión.
En concreto, un estudio de 2019 indicaba que en Estados Unidos, sólo un 13’5% de jóvenes de 15 años eran capaces de discernir qué era información y qué opinión. En Reino Unido, esa cifra bajaba hasta el 11’5%. El estudio fue realizado por la OECD a partir de sus informes PISA que evalúan a estudiantes de todo el mundo. Además de evaluar los conocimientos matemáticos y lingüísticos de lectoescritura, introdujeron pruebas para examinar la comprensión lectora.
Como siempre que hablamos de noticias falsas, la mejor herramienta contra ellos es el consumo activo y crítico de información, tanto en aquellas noticias que se contradicen con nuestros valores como, especialmente, en aquellas que los refuerzan.
Con información de Hipertextual.