La explosión fue tan colosal que perforó una cavidad en el plasma del cúmulo galáctico: el gas supercaliente que rodeaba el agujero negro.

La autora principal del estudio, Simona Giacintucci, del Laboratorio de Investigación Naval de EE UU, señala que si comparamos esta explosión con la erupción en 1980 del Monte Santa Helena, que arrancó la cima de una montaña, “se podrían colocar 15 galaxias del tamaño de la Vía Láctea en el cráter. Y esta ‘erupción’ golpeó el gas caliente del cúmulo».

Por un momento lo dejaron pasar de largo

El profesor Johnston-Hollitt recuerda que la cavidad en el plasma del cúmulo se había visto previamente con telescopios de rayos X, pero al principio los científicos descartaron la idea de que la podría haber causado un estallido energético, porque habría sido demasiado grande. «La gente se mostró escéptica por el tamaño del estallido –comenta–, pero en realidad es eso. El universo es un lugar extraño».

Los investigadores solo se dieron cuenta de lo que realmente habían descubierto cuando observaron el cúmulo de galaxias de Ofiuco con radiotelescopios. «Los datos de la radio se ajustan con los de rayos X como una mano a un guante», apunta el coautor Maxim Markevitch, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. «Es el punto clave que indica que ocurrió una erupción de un tamaño sin precedentes».

Para realizar el descubrimiento se utilizaron cuatro telescopios: el observatorio de rayos X Chandra de la NASA, el telescopio espacial XMM-Newton de la ESA, el Murchison Widefield Array (MWA) en Australia occidental y el radiotelescopio gigante de Metrewave (GMRT) en India.